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Hamer y su equipo reclutaron a un grupo de 76
hombres homosexuales de un programa de tratamiento para el SIDA. Todos
afirmaron tener por lo menos un hermano homosexual y un patrón de orientación
homosexual entre sus tíos maternales pero no entre sus tíos paternales. El
equipo de Hamer saco la hipótesis de que esto debería estar reflejado en
algún gen del cromosoma X. Como probablemente ya saben, un hombre recibe su
cromosoma X de uno de los dos cromosomas X de la madre, y su cromosoma Y de
su padre. Como las madres no eran homosexuales se especulaba que solo era
uno de los cromosomas que llevaba el gen gay. Así, en la población general,
sobre la mitad de los chicos acabarían teniendo el cromosoma X con el gen gay
y la otra mitad no. Pero de su muestra de 40 pares de hermanos homosexuales,
no solo la mitad (es decir 20) sino hasta 33 de ellos tenían un cromosoma X
con una variación en el gen q28 que era atípico al patrón normal de la banda.
Ya que el numero (33) estaba muy por encima de la predicción (al azar) del
50%, suponieron que este gen el particular cargaba con la orientación
homosexual masculina. Sin embargo, quedaban 7 pares de hombres homosexuales
que no tenían este “marcador” en el gen. |